Steve Jobs dejó su huella. Fue un ejemplo de éxito, una mente brillante, un visionario y un excelente hombre de negocios.

Ha sido considerado un mago de la informática, un visionario de la tecnología, un genio de la era digital… son muchas las palabras que se escuchan desde el 5 de octubre de 2011 para definir a Steve Jobs. Ese día murió el fundador de Apple, a los 56 años, enfermo de cáncer. La enfermedad, que consumía su cuerpo desde 2004, no le quitó fuerzas para seguir creando e innovando. Hasta el último momento sorprendió al mundo con sus ingenios en torno al logo de una manzana mordida. El ordenador Mac, el iPhone o el iPad han cambiado la vida de millones de personas. Muchas de ellas veían en Steve Jobs el símbolo de alguien que no se movía por dinero, a pesar de ser multimillonario. Sus ideas y su filosofía fueron parte de la fórmula de su éxito, y se han convertido en una especie de guía espiritual para muchos.

La brillantez, la pasión y la energía de Steve fueron la fuente de incontables innovaciones que enriquecen y mejoran nuestras vidas. El mundo es enormemente mejor debido a Steve”, señaló el consejo de administración de Apple en un comunicado.

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