Si queremos alcanzar el nivel más profundo de plenitud y satisfacción, sólo podemos conseguirlo decidiendo aquello que más valoramos en la vida, identificando cuáles son nuestros valores más altos, y luego comprometiéndonos a vivir de acuerdo con ellos durante cada uno de los días de nuestra vida.

Ante esta situación se plantean varias preguntas; ¿Sabes cuáles son tus valores? ¿Sabes realmente quién eres?… y lo más importante: ¿Vives de acuerdo a tus valores internos más importantes y tu filosofía de vida? ¿Y qué es eso de “vivir tus valores”? Es más… ¿qué son los valores? ¿Y por qué son tan importantes para encontrar la plenitud en cualquier área de tu vida?

Si queremos alcanzar la felicidad, debemos ir hacia la persona que queremos ser. Los valores deben ser impulsores de nuestras nuevas metas y conductas. A la hora de fijar nuestras metas se trata de que estén presentes siempre tus valores, porque son la única fuente verdadera de la que manan la capacidad de automotivación, la alegría, y la plenitud. Son la gasolina que nis proporciona la energía para alcanzar nuestras metas. ¿Te imaginas que uno de tus valores fuera el aprendizaje, y en cambio hubieras dirigido tu empresa o tu trabajo a un punto donde haces todos los días básicamente lo mismo? ¿O que la familia es un valor básico para ti, y llevas años sin dedicarle el tiempo y la atención que sabes deberías dedicar, siempre dándote buenas excusas para seguir trabajando? Y así podríamos seguir y seguir.

Debes escucharte primero y después comprobar la coherencia de eso que escuchas con lo que te pide el corazón. Tus deseos, aunque sean realizables, tienen que ser profundamente deseados para poderlos lograr, sino no los lograrás. Para ello, tienes que aprender a escucharte y responder. Tienes que trabajar en tu autoconocimiento (tu perfil de personalidad, tu propósito de vida y tus talentos) y en tu autoconciencia (conocer tus valores y creencias).

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